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Los derivaron sin turno y se encuentra en su tercer viaje fallido a Buenos Aires

Se conoció un nuevo caso de una familia que enfrenta serios problemas en la derivación de un joven con diagnóstico de “cataratas desprendimiento de retina”.

Viajaron tres veces a Buenos Aires, pasaron siete meses y aun no consiguen la intervención quirúrgica mientras su salud se agrava.

Luego que días atrás se conociera la situación de una trabajadora de la Fundación Santa Cruz Sustentable cuyo hijo perdió el ojo derecho por demoras en la derivación, un caso similar salió a la luz.

Florencia a través de La Prensa de Santa Cruz contó que su hijo Rodrigo de 31 años es un paciente derivado desde el Hospital Zonal de Caleta Olivia al Hospital Santa Lucia de Buenos  Aires ya que no pudo ser derivado a Rio Gallegos porque no había especialistas cirujanos para su patología.

“Rodrigo es nacido y criado en Caleta Olivia como toda mi familia”, relató y añadió que “por cuestiones laborales se traslada a la localidad de  Los Antiguos hasta que tiene un accidente por el que en  su momento no se hace tratar, pero pasan unos meses y se da cuenta que tiene una sombra en el ojo derecho y recurre a la salita de Los Antiguos, donde le sugieren ir al HZCO ya que allí no cuentan con oftalmólogo (para esto ya había terminado su contrato y no poseía obra social)” donde se enfrentaron al problema de conseguir un turno y “las primeras veces fue fallido ya que te dicen que solo hay disponible 5 o 6 turnos una sola vez por semana para una fila de casi 100 personas y en la que si llegas tipo 3 de la mañana ya estás seguro que no conseguís turno pero tenes que arriesgarte y quedarte hasta las 7 de la mañana y ver con que ganas se levanta la señora que entrega los números y no es ironía es tal cual lo cuento”, relató.

Sostuvo además que “desde aquí ya partimos con el inconveniente número 1 con el que se encuentra un paciente con cualquier patología, luego llega al diagnóstico de catarata con desprendimiento de retina y decide la profesional derivarlo y como ya habían pasado casi dos meses entre el accidente y la consulta en el pedido de derivación solicita atención no urgente. Rodrigo inicia los trámites de derivación con toda la documentación pertinente y espera, pasaron varios meses y en febrero de este año es citado para renovar el trámite que había  caducado, nuevamente hay que sacar turno para el oftalmólogo, renovar el pedido y volver a presentar en derivación solo para cambiar la fecha”.

Luego en abril “un viernes a las 22 horas nos avisan que había salido la derivación y que debíamos tomar un vuelo el sábado a las 14 hs, fue sin previo aviso y casi sorpresa, sin tener ahorros un 24 del mes. Desconcertados partimos hacia Buenos Aires  con optimismo, con dudas, con miedos y sin tener todo claro porque hasta el horario en que aterrizo el vuelo todavía no teníamos confirmado el alojamiento. Esto nos produjo un cierto stress porque no conocíamos y era la primera vez que íbamos a Buenos Aires. Cuando nos designan el hotel nos instalamos y esperamos al lunes para asistir al turno, las indicaciones eran ingresar por  guardia” al aclarar que de los alojamientos no tengo quejas “eran habitación y desayuno nada más y aquí comienza la verdadera odisea del paciente derivado y acompañante”.

Una vez en el hospital “nos dicen que ellos no lo pueden atender porque solo se ocupan de urgencias, que vayamos a sacar un turno programado al edificio que está al lado. El Hospital Santa Lucia está dividido en sectores Retina, Segmento Anterior, Glaucoma, Trasplante, Clínica médica, etc. Cuando ingresamos preguntamos en recepción y nos dicen que vayamos a una de estas áreas y saquemos un turno cuando llegamos a ventanilla nos informan que por más que tengamos un certificado de derivación sea desde la provincia que sea, sino es urgencia se debe sacar un turno y aceptamos el turno que era para  junio y estábamos en abril. Desde el primer instante sabíamos que no nos íbamos a quedar dos meses viviendo en Buenos Aires ya que para un derivado que viene hasta aquí por salud y con intenciones de  mejorar su calidad de vida también deja trámites y responsabilidades en su localidad. Rodrigo trabaja de manera ocasional ya que por su condición médica no pasaría una instancia de aprobación laboral y yo soy empleada en la municipalidad.

Por la situación “nos dirigimos a Casa de Santa Cruz,  esta institución es el soporte para el derivado, son el nexo para “agilizar” tramites en situaciones más complejas ya que cuenta con servicio social médico, auditor etc ….Nadie nos dijo que teníamos que presentarnos allí una vez que llegamos a esta ciudad, lo hicimos por instinto buscando ayuda y una respuesta. Allí nos informan que cada vez que arribamos debemos anunciarnos, para esto pasaron cinco días que nos encontrábamos en CABA , la médica auditora intentó adelantar el turno sin respuestas favorables, nos dieron una tarjeta social para comprar en supermercado con carga de dos mil pesos por día por cada uno o sea paciente y acompañante, nos contuvieron esos días y quedamos a la espera de poder adelantar el turno que finalmente no se pudo y para poder volvernos necesitábamos un certificado médico que especificara que Rodrigo podía viajar en vuelo comercial para volver a Caleta Olivia” y cuestionó  que es algo contradictorio porque  “ningún especialista había evaluado su situación ni verificado el diagnostico” y después de varias vueltas  “conseguimos una doctora por guardia que lo realizó y firmó solo de buena onda y jugándosela porque no tenía una historia clínica ingresada al sistema del Hospital, solo los papeles que Rodrigo llevaba desde Derivaciones de Santa Cruz y así volvimos a los pocos días a  nuestra ciudad”.

En el trascurso de aquellos días “nos informan que entre Auditoria Medica de Casa de SC y Servicios Social del Hospital Santa Lucia  consiguen  adelantar el tuno dos semanas o sea para fines de mayo. “En definitiva nuestro primer viaje e intento de atención medica fue solo para conseguir un turno que prácticamente lo buscamos nosotros o sea el paciente y para reflexionar sobre esta situación en la que viajas un montón de km y vas a la deriva con nada seguro, pensas en otras personas que  viajan con situaciones más complejas, pensas en el sistema de salud tan precario tanto en nuestra provincia como en otras provincias también,  por algo hay derivados de todos lados buscando solución, pensas en el tiempo que va pasando y la incertidumbre de no saber si la visión de mi hijo mejorará o no “.

Por otro lado “en nuestro segundo viaje solo fuimos a enojarnos por el maltrato de quienes atienden al público y algunos” profesionales” que creen por su condición el paciente es digno de ser maltratado por el solo hecho de estar enfermo o tener una dificultad” y lamentó que existen “muchas cosas para reflexionar pero también aceptando que somos parte de este sistema y el fin de este relato no es para criticar es solo para que el área Salud o Derivaciones o a quien corresponda mejoren o activen otros métodos para darle solución al paciente ya sea con turnos previos acelerar estos tiempos que en algunos casos de Salud requieren atención inmediata”.

Manifestó que actualmente y nuevamente “nos encontramos en Buenos Aires  en nuestro tercer viaje fallido ya que todavía no existe fecha de cirugía seguimos esperando y rogando que la situación de Rodrigo no empeore ya que su catarata es cada vez más amplia”.

Además “para acelerar tramites realizó un estudio en Comodoro Rivadavia que fue autorizado por el Ministerio de Salud y a pesar de contar con el detalle del estudio resultó equivocado y no era lo que pidió la profesional que tomó su caso, ya pasaron siete meses y seguimos dando vueltas” y anheló que espera que todo “sea mejor para Rodrigo porque es joven, tiene una vida por delante pero también para todas aquellas personas que buscan una mejor vida con salud y no nos queda otra que estar viajando a la Capital”.

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