Los cuerpos de ejemplares juveniles y adultos están diseminados en un trayecto de unos quinientos metros, de manera aislada o en grupos, pero también se observa a algunos que intentan salir del mar y no pueden arrastrarse ya que no tienen fuerzas para hacerlo.
La Prensa de Santa Cruz y otros pocos medios periodísticos que recorrieron en la mañana de este lunes la reserva de lobos marinos de Caleta Olivia, situada pocos kilómetros al sur del puerto Caleta Paula, por la Ruta Nacional 3 y frente al cruce con la Ruta Provincial N° 99, contabilizaron por lo menos cuarenta ejemplares muertos a causa de la influenza aviar, enfermedad que se propagó por toda la costa atlántica argentina.
Pero indudablemente esa cifra se incrementará con el transcurrir de los días ya que muchos de esos mamíferos están moribundos y solo se observó un grupo de aproximadamente doscientos que parecen estar en buenas condiciones, pero ese número es sensiblemente inferior a los casi ochocientos que solían verse en el lugar.
Además, resulta irónico que el gobierno provincial desconozca el alarmante panorama que se registra en las playas locales y pruebas al canto nos remitimos.
El Consejo Agrario Provincial, a través de su directora de Fauna Amanda Madero hizo saber que a consecuencia de la influenza solo tiene confirmado la muerte de dos lobos marinos en la en la playa de Punta Loyola ubicada a unos 30 kilómetros de Río Gallegos.
“Lamentablemente tuvimos dos casos en la zona de Punta Loyola que fueron muestreados por los veterinarios del SENASA y que dieron positivo a la influenza aviar”, expresó la funcionaria, de la cual se difundió una fotografía mostrándose sonriente.
Además resulta llamativo que el SENASA aún no cite en sus reportes y de manera oficial que la reserva de Caleta Olivia fue afectada por la enfermedad de referencia,
En tanto, el veterinario Daniel Álvarez, referente local del Consejo Agrario se limitó a decir a través del servicio informativo de Caleta Video Cable que aún no se dispone de los resultados de los estudios de las muestras, pero se sobrentiende que todas las sintomatologías responden la influenza.
Incluso estimó que hasta ahora los lobos muertos no serían más de quince en esta zona, cifra que es mucho menor a la que este y otros medios pudieron contabilizar en la reserva de Caleta Olivia.
Por otra parte, debe señalarse que la única medida de prevención que se adoptaron los organismos responsables de esta tragedia faunística, fue bloquear con un montículo de tierra la bajada de playa de la reserva y solicitar a la población que no se acerque a ese lugar, dilatando la necesidad inmediata de construir una cava para enterrar todos los cuerpos.