El presidente Alberto Fernández recorrió este viernes la sede del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en la Ciudad de Buenos Aires, donde se encuentra la nueva supercomputadora Clementina XXI, una de las cien más poderosas del mundo, cuyo funcionamiento representa un hito para la ciencia argentina y que será utilizada para mejorar los pronósticos climáticos y el desarrollo de estudios en distintas disciplinas científicas.
El jefe de Estado estuvo acompañado por los ministros de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, y de Defensa, Jorge Taiana; y la directora del SMN y secretaria general de la Organización Meteorológica Mundial, Celeste Saulo, entre otros funcionarios, se informó oficialmente.
También participaron de la actividad el secretario de Articulación Científico Tecnológica, Juan Pablo Paz; y la jefa del Departamento de Investigación y Desarrollo del Servicio Meteorológico Nacional, Yanina García Skabar.
Fernández también visitó el Centro de Operaciones (COP) del SMN, desde donde se elaboran los pronósticos, avisos y alertas meteorológicos para todo el país, se reciben imágenes satelitales y se operan los radares del Proyecto Sinarame (Sistema Nacional de Radares Meteorológicos), una red de observación hidrometeorológica en tiempo real, integrada por 19 radares meteorológicos situados en todo el país.
Una de las más poderosas del mundo
La nueva supercomputadora cuenta con una potencia de cómputo que la ubica en el puesto 82 del ranking mundial y está valuada en 1.740 millones de pesos. Su adquisición fue articulada por los Ministerios de Ciencia y Tecnología, de Defensa, el SMN y el CONICET, en el marco de la Estrategia Nacional de Supercómputo, y contó con financiamiento del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
Su empleo permitirá mejorar la eficacia de los pronósticos climáticos, y por su gran capacidad de cálculo posibilitará además investigaciones científicas en el área de genómica, diseño de fármacos y nuevos materiales, desarrollos en inteligencia artificial y ciencia de datos, entre otras aplicaciones, según se indicó.
También podrá utilizarse en los cálculos para el modelado de cuencas petroleras y gasíferas, sistemas complejos, diferentes aspectos de la física, la astronomía y hasta algunos tópicos de las ciencias sociales.
El Sistema Meteorológico Nacional empleará una parte de capacidad de cálculo del equipamiento, que operará de acuerdo con un régimen de acceso libre, lo cual beneficiará a todo el entramado científico y tecnológico del país, tanto público como privado. Este régimen abierto la diferencia, por ejemplo, de Brasil, país que si bien tiene máquinas más potentes, éstas se utilizan en el ámbito privado.
Su nombre se inspira en Clementina, la primera computadora de uso científico que se instaló en el país en 1960 bajo la gestión del científico y matemático Manuel Sadosky, que funcionó hasta 1971 en el Instituto del Cálculo dependiente de la Universidad de Buenos Aires.