Tras la victoria del Arsenal sobre la hora ante el Luton Town, el Manchester City sabía que tenía que ganar en su visita al Aston Villa para no perderle pisada al líder de la Premier League. Sin embargo, durante el primer tiempo el equipo de Pep Guardiola se encontró con un muro llamado Damián Emiliano Martínez, Dibu.
Foto: Reuters/Andrew Boyers Se habían cumplido diez minutos del primer tiempo en el Villa Park de Birmingham cuando Phil Foden se filtró a pura velocidad entre los mediocampistas del conjunto local y dejó mano a mano a Erling Haaland, el temible delantero que lleva 14 goles en el torneo. Un potente remate del noruego no logró quebrar la resistencia del arquero argentino, que despejó la pelota a un costado con su mano izquierda. Pero no termió el peligro.
El balón le quedó a Bernardo Silva, dentro del área por el sector derecho, y Haaland se sostuvo dentro del área chica, al acecho. Con precisión quirúrgica, el portugués se la puso en la cabeza en el segundo palo, pero el Androide se volvió a encontrar con los guantes del campeón del mundo, que la sacó en la línea. Brillante.
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