Ante el aumento exponencial de los casos de dengue en la ciudad de Buenos Aires -con 5610 infectados registrados en el último boletín epidemiológico-, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, dio recomendaciones para afrontar los próximos días, sobre todo después de las lluvias. Además explicó por qué el mosquito Aedes aegypti, que transmite la enfermedad, es “mascota” y reveló qué elemento del hogar se debe eliminar en la Capital. Asimismo, detalló la gravedad del segundo contagio, que suele preocupar a quienes ya pasaron por el cuadro en otro momento.
“En estos días, después de tanta lluvia, vamos a tener muchas larvas”, anticipó en LN+ Quirós, quien sugirió: “Den vuelta cuanto cacharro tengan, no guarden plantas que tengan agua en el interior de ningún trabajo o de ninguna casa. Plantas con agua no podemos tener más en la ciudad de Buenos Aires. La planta que tenga arena, tierra y con agua encima, húmeda, pero nunca agua libre en un pote. Revisemos uno a uno los lugares en que se acumula agua”.
Entre los tips que dio, el ministro también explicó las características del mosquito que contagia la enfermedad. “Debemos recordar que al Aedes se lo llama mascota porque no vive en la plaza, en el espacio público, en el gran lago de Palermo. Ese es otro. El que contagia la enfermedad es mascota, vive alrededor nuestro, en la casa, en el trabajo, en donde hay muchos seres humanos, mucho tiempo, en el día”, marcó.
Dijo también Quirós que es importante avanzar con el aprendizaje social para el próximo verano. Según indicó, el Aedes aegypti aparece en la Ciudad en los meses de octubre y noviembre, con los primeros calores, luego llega el virus, se producen los contagios y la enfermedad desaparece con los primeros fríos o heladas a fines de marzo o mediados de abril. “La gente se va al norte en noviembre, pero sobre todo en diciembre para las fiestas, en enero para las vacaciones a Brasil… Va al norte en esos meses y para enero suele traer el virus. Entre enero y fines de marzo, principios de abril, es el ciclo de la enfermedad en la Ciudad. Es una curva que sube y en algún momento corta”, contó.
Entonces comentó que para prevenir la próxima ola es necesario tomar acciones cuando aparezca el frío, ya que los huevos que no eclosionaron van a esperar las altas temperaturas para hacerlo. “Lo más importante es que durante el invierno tiremos agua hirviendo a todas las canaletas, vaciemos cacharros con agua, raspemos los bordes para sacar los huevos… Todo lo que podamos hacer en invierno para matar el huevo es el momento más critico del mosquito, porque cuando matás el huevo, le cortás el ciclo de manera definitiva. Ahora nos quedan dos o tres semanas, las más difíciles de la enfermedad”, sentenció.
Asimismo, el ministro de Salud porteño quiso llevar tranquilidad con respecto a la posibilidad de un segundo contagio, ante la versión de que podría darse un cuadro más complicado de la enfermedad. “La segunda vez que tenés dengue efectivamente puede haber, está documentado, un aumento de gravedad, pero siempre en los rangos por debajo de 1% de pacientes. Te aumenta la gravedad de 0,1% a 0,4%, a 0,5%. Eso dicen los trabajos. ¿Puede ser un poco más grave? Sí. Pero no es que va a ser garantizado de que si volvés a tener, vas a tener una enfermedad grave. Es un factor más de gravedad dentro de todos los factores de gravedad”, expuso.
En tanto, sí reveló que este año la exposición al virus se da con cuadros más graves en la Capital porque hay mayor circulación de la variante DEN-2, más agresiva que la DEN-1, que predominaba el año pasado. “Por supuesto que es siempre dentro del rango de cuadros mucho menos graves que la gripe, que el Covid, que un montón que otras infecciones. 70% de los cuadros de dengue son asintomáticos o no notás los síntomas. Es una enfermedad que se describe como leve, que luego tiene un pequeñísimo grupo de cuadros graves que hay que prevenir. Pero es una enfermedad leve, solo que cuando da los síntomas es muy molesta porque se llama ‘quebranta huesos’, te tiene mal en la cama, te molesta”, aclaró.
Sostuvo también que esta patología, cuando es sintomática, genera tres a cinco días de fiebre muy alta, período en el que es importante hidratarse y no tomar otro antiinflamatorio más que Paracetamol. “Cuando corta la fiebre, al quinto o sexto día, es cuando potencialmente podés marcar que vas a dar signos de gravedad. Recién cuando baja la fiebre aparece el dolor abdominal intenso, los vómitos, el sentirte mareado, que se te hincharon las piernas o alguna parte del cuerpo. Todo eso indica que te estás deshidratando y que la cosa no está bien”, señaló.
La vacuna
Por otra parte, se refirió a la vacuna contra el dengue, que se aplica en la Argentina de forma privada, pero no está incluida en el calendario de vacunación y el Gobierno tampoco tiene pensado sumarla al menos en el corto plazo. “La vacuna mostró eficacia y seguridad. Hay un solo trabajo en fase 3, que se publicó hace un tiempito. La vacuna lleva un año en el mercado, el trabajo se hizo en chicos, y mostró ser segura y eficaz. Las agencias de aprobación han aceptado que esa eficacia que se vio en adolescentes y adultos jóvenes, naturalmente debe ser la misma que en adultos de edad intermedia. Es una vacuna que seguramente es eficaz hasta los 60 años, y tenemos alguna duda de eficacia en mayores de 60 porque no está documentado ni estudiado y los mayores de 60 respondemos diferente a las vacunas”, indicó.
Sin embargo, se mostró confiado de que para la próxima campaña va a estar “resuelto” este tipo de interrogantes, lo que va a permitir inocular a las personas en invierno, para que tengan el efecto pleno de las dosis cuando empiece el calor y la enfermedad retome.
“Es una discusión para los meses de mayo, junio y julio creo yo”, indicó el ministro sobre la incorporación o no de la vacuna al calendario nacional.
LA NACION