InicioEspectáculosConnie Ballarini: Reír es un respiro, una necesidad que todos siempre tenemos

Connie Ballarini: Reír es un respiro, una necesidad que todos siempre tenemos

No es difícil entender el éxito de Connie Ballarini. Desde hace años, en diferentes medios, ha logrado convertirse en una comediante todoterreno, con pies que dieron sus primeros pasos en el universo del stand-up y que de a poco, pero consistencia y esfuerzo, han llegado a la televisión, y ahora, con mucha felicidad, al podcast, siempre junto a Malena Guinzburg. Antes fue Correo no deseado, ahora es Teléfono descompuesto, donde toman historias de un pasado, suyo o de terceros, y van al tuétano, cruzando diferentes puntos de vista, siempre con un ancla en el imaginario de los años 90. Por supuesto, en ese mundo de excesos, de ver el absurdo en las cosas, pueden llegar a instancias donde un vidente de traseros, alguien que literalmente lee anos como alguien lee rayas de la mano, escucha la descripción de trasero de Ballarini, tal cual lo describe Guinzburg. 

Si en Correo no deseado leían cartas, diarios íntimos, cosas del pasado, mucho de la adolescencia, es decir, veían cómo eran ellas en el pasado, ahora, en palabra de Ballarini, “queríamos renovarnos un poco, queríamos seguir con esa esencia, aprovechando los oyentes que ya teníamos. Pero queríamos darle aire fresco, y así surge Teléfono descompuesto. Yendo a anécdotas del pasado nos dimos cuenta que a veces, hay versiones, que uno tiene un recuerdo de una situación y alguien que estuvo con vos lo vivió de otra forma. Volvés al pasado, al recuerdo, pero desde lo comunal”.

—¿Dónde nace la comedia en vos?

Esto no le gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

—A mí la comedia me sorprendió en la vida. Ahora veo cosas, ahora que es mi profesión. Yo estaba estudiando para ser farmacéutica, nada que ver. Hice un curso de stand-up, porque me divertía, y mis compañeros de teatro me dijeron que haga eso. Yo no me sentía cómoda en la actuación. 

El stand tiene eso que sale de vos, aunque exageres y exacerbes. Siempre me gustó, me doy cuenta de eso. Mi familia era muy de puestas en escenas. Había escenas de Navidad, y nos parabamos, le poníamos el cuerpo, sin ningún tipo de problema. Sin vergüenza. O me ha sucedido de pasar todo un verano obligando a mis amigas a hacer un videoclip, y editaba por horas, y me divertía eso, y ni Facebook existía. La comedia estaba, ahora me doy cuenta. 

—¿Qué sentís que hace la comedia?

—Yo no concibo la vida sin reírme. Yo testeo todo en función de si me divierte o no, es la clave de si funciona o no. Son momentos de escape, súper necesarios. Ahora que estamos pasando un momento difícil, no importa cuándo leas esto, o en pandemia te dicen: “che, gracias, me salvaste”. Es un respiro, una necesidad. En pandemia me cayó la ficha de lo importante que es reírse. 

—¿Te sentís parte de una comunidad?

—Sí. Lo que nos pasa es que todos venimos del under, de hace tiempo, de volantear y después subir al escenario, y estar más arriba volanteando que en escena. Se llevaba más la volantera que estaba con vos que vos que hiciste ambas cosas. Mucho barcito, mucho de ir varios, con otros comediantes, a hacer sets de 15 minutos, de 30 minutos. Como cuando te juntás con amigos del secundario, hay cosas que te unen, porque fueron importantes y enseguida lo reconocés en el aire. También ahora me gusta que abran para mí chicas, mujeres, porque me parece muy importante generar espacios. Ir a clubes de comedia es hermoso, porque te cruzás a colegas, ves para dónde va la comedia. A veces, no puedo, pero siempre pienso que debería ir más, porque ahí es de donde viene el stand-up. Con tus amigos es hermoso, siguió el camino, pero nos unen esos momentos y nos entendemos para toda la vida.

Los fans de siempre

—¿Qué encuentran en vos tus fanáticos?

—En el show esa idea fue la base: sumar otra vez a los fans a la manera en que gusta recorrer el pasado. Y eso tiene que ver con que siempre estamos conectadas con lo que nos cuentan, nos gusta romper: que no sea solo recuerdos nuestros, o llamadas de teléfono. Nos gusta sorprendernos. La comedia suele salvar a todos: los que la cuentan y los que la escuchan. Lo que me parece, ¡eh!, pero capaz digo una pavada, es que sienten algo muy cercano, como una amistad, como que soy una amiga más. Hay algo de las redes que te acerca a un lugar distinto, diferente a “el famoso”. A veces te dicen, “sos famosa”. Yo no me siento famosa. Hay algo de “la fama de la tele” y “la fama de las redes”. Si vos te cruzás a Marley, que es famoso, lo sentís cercano hasta ahí. Las redes sociales hacen que vivan con vos en tu día a día, estás viviendo con la gente. Hay algo del engagement, de cómo conectás con tu público. Mi community mánager soy yo: si justamente hago comedia para la gente, a mí me gusta saber qué le pasa a la gente con lo que yo hago. Obvio, si hablás con todos te genera una ansiedad terrible. A veces hablo un montón, demasiado. Me parece que es la magia y lo lindo de las redes, si no te lo perdes.

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