Enzo Pérez, mediocampista de Estudiantes de La Plata, agita los brazos, su espalda luce un enorme tatuaje de River y en su cara se dibuja una gran sonrisa de festejo. “Otra vez, otra vez”, es el grito de guerra que viaja por los aires del estadio Mario Alberto Kempes. Su equipo dejó afuera a Boca y la frenética celebración de Pérez, es en alusión a su poderío estadístico sobre el Xeneixe y a su vez, también parece un descargo hacia cierto sector del fútbol que avecinaba el punto final de su carrera.
Con este triunfo, los dirigidos por Eduardo Domínguez van a disputar la final de la Copa de la Liga frente a Vélez este domingo a las 15:30 en el estadio Madre de Ciudades, en Santiago del Estero. El Pincha viene con el subidón anímico de la remontada que lograron ante Boca, pero tácticamente tendrá que mover algunas piezas para no cederle el protagonismo al rival desde el inicio del partido. El tridente Fernando Zuqui, Enzo Pérez y Santiago Ascacibar, el cual funcionó bien frente al Xeneixe para frenar los circuitos de pases, será una de las claves para balancear la mitad del terreno y el posible ingreso de Edwin Cetré desde el arranque, la carta para desarticular el bloque defensivo del Fortín.
Pero la revelación de Estudiantes, sin dudas, hoy recae en su arquero, Matías Mansilla. Tiene 28 años, un largo recorrido por el fútbol del ascenso (Midland, Morón, Patronato, Central Córdoba de Santiago del Estero) y su actuación frente al Xeneixe –héroe en la definición desde los 12 pasos– le terminó de otorgar la confianza que necesitaba para ser el reemplazante de Mariano Andujar.
«Claro que tiene mérito, nosotros le damos la confianza no por decírsela, sino porque se la mostramos. Él tiene que tener tranquilidad y ser él, cuando él sea él se va a desenvolver mucho más tranquilo, mucho más cómodo y va a mostrar realmente el potencial que tiene y que nosotros vemos», dijo Domínguez en la última conferencia de prensa, post partido frente a Boca.
Con los intérpretes definidos, el conjunto de las diagonales va en busca de responder los interrogantes de quién es -o debería ser- el sexto grande. De los últimos cinco partidos donde el Pincha y el Fortín se vieron las caras, el saldo dejó dos victorias para cada uno y un empate.
Por el lado de Vélez -el equipo del batacazo-, para llegar a esta instancia dejó afuera a Godoy Cruz, quien terminó puntero de la zona B, y el último fin de semana hizo lo propio con Argentinos Juniors, un rival que llegaba con muestras de buen fútbol y junto con Boca, era uno de los candidatos. El conjunto de Gustavo Quinteros, supo revertir la imagen de un plantel que venía de pelear el descenso, que empezó el año con derrota por 5 a 0 ante River y que luchó para clasificar a los playoffs.
Frente a todas las adversidades, el Fortín es finalista de la Copa de la Liga. Ahora va con ilusiones renovadas a medirse contra Estudiantes, pero con una baja importante en la ofensiva. La temprana expulsión de Braian Romero frente al Bicho, lo deja a Quinteros sin uno de sus hombres fuertes en ataque y la duda está entre Thiago Vecino o Alejo Sarco. Aunque es el uruguayo el que corre con mayor ventaja para ser de la partida de los once titulares. Por otro lado, retorna Elías Gómez a la defensa. El ex River, había sido expulsado en el partido frente al Tomba y luego de cumplir la fecha de sanción, se suma a las órdenes del entrenador.
«Siento mucho orgullo por estos jugadores, estoy muy emocionado. En poco tiempo conseguimos llegar a una final, aunque al principio el objetivo era formar un equipo competitivo”, dijo Quinteros en conferencia de prensa con medios partidarios. Y frente al vertiginoso cambio de semestre, los análisis son positivos, con un equipo que da muestras de mayor protagonismo en la situaciones de ataque.
«El verdadero hincha de Vélez tiene muchísimo que ver en todo esto. Levantaron a jugadores que no venían bien, apoyan al equipo y alientan…”, resaltó Quintero, quien reconoció una presencia abrumadora de la parcialidad velezana a la hora de acompañar en estas instancias. “Te mueve, te motiva, te da fuerzas para hacer lo que hicieron hoy estos jugadores, así que agradecido eternamente a la hinchada de Vélez»
Si la definición no se define en los ’90 minutos, hay que destacar que el arquero del Fortín, Tomás Marchiori, es una figura clave. Frente a Argentinos Juniors tuvo una tarde consagratoria y ahora el anhelo es completar el sueño en Santiago del Estero. «Siento mucha felicidad. Esto es un sueño para nosotros. Nos propusimos esto cuando arrancó el torneo. Hay muchos chicos del club que el año pasado la pasaron feo y hoy están festejando, pasando una final y cumpliendo en todos los partidos de esta copa. Para nosotros es algo muy lindo, muy especial y nada más lindo que festejarlo con el hincha», dijo el arquero mendocino en conferencia de prensa, quien, al igual que el portero Pincha, su mayor experiencia la hizo en el ascenso.
Este Vélez de Quinteros llega a la final con muestras de humildad y sacrificio. Con la dosis de rebeldía exacta cuando tiene que hacerlo y muy adelantado en ese peregrinaje resiliente, que hoy los ubica a poco más de ’90 minutos de conseguir otro trofeo para su vitrina de títulos nacionales.