«El salario básico promedio es de 1.100 dólares», aseguró Javier Milei durante una entrevista reciente. Casi $1.100.000, al tipo de cambio oficial. En un intento por instalar que su Gobierno ha producido un gran aumento de sueldos, el Presidente volvió a cruzar mediciones en moneda extranjera, al igual que cuando se refirió a las jubilaciones.
- ¿Por qué la inflación del INDEC da 2,7% si los precios suben mucho más?
La realidad es que los sueldos se deben analizar con respecto al poder de compra que tienen. Y a un año de la asunción de Milei los datos son alarmantes: según datos del INDEC durante su administración los trabajadores perdieron en promedio el 10% de sus ingresos con respecto de la inflación. Pero ese no es el único dato a tener en cuenta en un período en que gran parte de la población —en mayor o menor medida— vio muy reducida su capacidad de consumo.
- En promedio los salarios perdieron 10% contra la inflación.
- Los más perjudicados son los trabadores públicos.
- Las inconsistencias macroeconómicas y la falta de reservas imposibilitan la recuperación salarial a largo plazo.
- Los sectores de la economía más favorecidos por el Gobierno no crearán suficientes puestos para evitar que el desempleo siga en aumento.
Inflación a la baja, precios al alza
Lo primero que hay que destacar es que la inflación a la baja de los últimos meses no significa necesariamente que el costo de vida de los argentinos se aliviane. Y mucho menos que aumente su poder adquisitivo.
A la hora de calcular el IPC, el INDEC no le asigna el mismo peso a todos los bienes y servicios. Existen ponderaciones determinadas según cuánto cree el INDEC que las familias gastan en cada rubro. Por ejemplo, aseguran que una familia gasta en promedio el 10,46% de sus ingresos en Vivienda y servicios y un 23,44% en Alimentos. Justamente lo que más aumenta de precio en los últimos meses —telecomunicaciones, transporte y servicios públicos— es de lo que menos pondera el INDEC.
Salarios vs inflación en el gobierno de Javier Milei
Entre comienzos de diciembre de 2023 y septiembre de 2024 —último índice de salarios disponible— la inflación acumulada fue de 153%. En ese mismo período los sueldos privados registrados aumentaron en promedio un 149%. De esta manera, perdieron 3% respecto de una inflación que subvalora aquellos rubros en los que más gastan. Mucho peor les fue a los empleados públicos, que con aumentos del 112% han visto a su salario devaluarse un 27% en relación al IPC. Una masacre.
Si bien en este modelo hay más perdedores que ganadores, los ingresos más devaluados son los de los sectores populares. Un informe reciente del think thank Fundar destaca que en la comparación punta a punta entre comienzos de diciembre de 2023 y septiembre de este año el Salario Mínimo perdió 27% con respecto a la inflación. El SMNV es clave porque se toma como referencia para prestaciones como la de Desempleo y Potenciar Trabajo (son el 50% del SMNV). El mismo estudia afirma que los sueldos de las trabajadoras de casas particulares cayeron 21%. Por su parte, la Paritaria Nacional Docente y los salarios docentes universitarios (CONADU) perdieron 25%.
Los trabajadores no registrados recibieron aumentos en torno al 156%, por lo que en teoría están 2% arriba de la inflación. Pero es importante destacar que los números de los «informales» salen de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Como ese informe se realiza solo dos veces al año, lo que se hace para mensualizar es interpolar. O sea usar la información disponible para rellenar los meses intermedios con estimaciones hechas en base a meses con alta inflación y paritarias que, si bien perdían contra el IPC, eran más altas que las actuales. De hecho, el citado informe de Fundar asegura que con datos actualizados en realidad perdieron 13% en el punta a punta desde la asunción de Milei.
Tras la enorme caída de los primeros meses de gobierno, primero hubo una estabilización y en los últimos meses una curva de recuperación. «El Gobierno logra, con un costo altísimo, bajar los niveles de indexación de la economía. Sumado a que las paritarias se negocian con respecto a la inflación de varios meses atrás, eso explica por qué desde abril-mayo hay un crecimiento del salario real en el sector privado registrado”, argumenta en diálogo con Página|12 Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma.
También hay que tener en cuenta el poder adquisitivo perdido que no se ha recuperado. «Si en diciembre ganabas $100 y en enero tu salario sube 11% (promedio de enero) pasaste a ganar $111. Pero la inflación fue del 25,5%, entonces para mantener tu poder de compra deberías haber ganado $125,5. Esa diferencia de 15 pesos probablemente la cubriste endeudándote con una tarjeta o pidiendo prestado. Aunque en febrero la inflación sea del 0% y te ajusten el salario a $125,5, lo que perdiste en enero no lo recuperás. Ya te endeudaste», explica Guido Agostinelli, profesor de Macroeconomía en la UBA y autor del libro Experimento Libertario, consultado por este medio.
Según un informe de la consultora Empiria, de Hernán Lacunza, ex ministro de Economía de Mauricio Macri, desde la asunción de Javier Milei hubo una pérdida promedio del 14% del salario disponible, o sea de ingresos menos gastos fijos como servicios, transporte y alquileres.
Por otro lado, un trabajo de la consultora Vectorial asegura que si se hubieran actualizado los ponderadores con los datos más recientes del INDEC, en agosto los trabajadores registrados del sector privado no hubieran perdido 1,8% en el acumulado (desde la asunción de Milei), sino 6,6%.
«La economía está con un respirador, no sabemos cuánto va a resistir así», Guido Agostinelli.
¿El Gobierno puede sostener la baja de la inflación y el alza de los salarios?
«¿Por qué un empresario invertiría en Argentina?«, se pregunta Campos. «Para mercado interno no parece, porque los salarios siguen en niveles bajos y el mercado es chico. Para exportar tampoco, por el proceso de apreciación del tipo de cambio real. Argentina se volvió muy cara en dólares. En todo caso algunos nichos donde haya ventajas competitivas muy importantes (RIGI), como energía, minería o algún sector agroindustrial. Pero esos no mueven el amperímetro total de la economía», advierte.
Es fácil encontrar cuatro o cinco meses consecutivos de aumentos salariales por encima de la inflación en otros gobiernos, pero el Ejecutivo se queda con ese dato y lo proyecta a gran escala, como suele hacer el Presidente al hablar del supuesto «17.000% de inflación» que su gobierno supuestamente evitó, algo completamente falso.
«¿Por qué un empresario invertiría en Argentina? En todo caso algunos nichos donde haya ventajas competitivas muy importantes como energía, minería o algún sector agroindustrial. Pero esos no mueven el amperímetro total de la economía», Luis Campos
Para que aumenten los salarios tiene que haber un crecimiento sostenido de la actividad, pero la recesión parece ser una de las patas del plan económico libertario. En este contexto, una reactivación del consumo recalentaría los precios. «Si al dueño de la carnicería le aumenta la luz, el gas y todos los servicios y no puede aumentar los precios porque no vende, en cuanto empieza a vender la lógica indica que algún ajuste de precios va a hacer», ejemplifica Agostinelli.
Ese mayor consumo también produciría un aumento de la demanda de dólares para importar, lo cual ejercería presión sobre un Banco Central con reservas negativas. Una devaluación, imposible de evitar sin un fuerte ingreso de divisas, (por eso el Gobierno tuvo un respiro con el blanqueo y ahora le prende velas al FMI) también elevaría el IPC. «Si el Gobierno no consigue dólares hay dos datos incompatibles. No podés tener una baja drástica de inflación y a su vez un crecimiento económico. Ese es el talón de Aquiles de este modelo», asegura el economista.
La actividad económica, en rojo
Si hay otra manera de demostrar que no es cierto que los salarios estén al alza, como asegura el Presidente, es analizando los datos de consumo. El Estimador mensual de actividad económica (EMAE) del INDEC cayó 3,3% en el interanual y está 3,1% por debajo del acumulado en el mismo período de 2023. En comparación con agosto de este año la caída fue de 0,3%, luego de lo que habían sido las subas de julio y agosto.
Pero los únicos sectores con números positivos durante 2024 son Agricultura y ganadería, pesca y explotación minera. En octubre se sumó servicios financieros. En el otro extremo, Industria y Construcción tuvieron fuertes caídas todos los meses y son los sectores más afectados.
«Si el Gobierno no consigue dólares hay dos datos incompatibles. No podés tener una baja drástica de inflación y a su vez un crecimiento económico. Ese es el talón de Aquiles de este modelo», Guido Agostinelli.
Según la consultora Scentia, en noviembre hubo una caída del consumo masivo del 20,4% interanual. Se registran bajas incluso en alimentos y medicamentos, que en teoría, es de lo último en lo que se recorta. La Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA) informó que entre enero y octubre de 2024 la ingesta per cápita de carne vacuna se desplomó un 11,2% en comparación con 2023, alcanzando apenas 47,2 kilos por persona al año. Es el consumo más bajo de los últimos 28 años.
Esta recesión en la actividad económica explica la caída de los salarios y el aumento de la desocupación, que pasó del 5,7% en diciembre de 2023 al 7,6% en el segundo trimestre de este año. Un informe de octubre de la Secretaría de Trabajo, con datos del SIPA, asegura que en lo que va del año se perdieron 146.000 puestos de trabajo en el sector privado registrado. A eso hay que sumarle unos 37.600 despidos en el Estado, según cifras del INDEC.
«Vos podés poner la reforma laboral que quieras, podés bajar el costo laboral a 0, pero si no tengo a quien venderle lo que produzco, sigue sin ser redituable producir. Si no vendo, ¿por qué voy a contratar más gente? El empleo y el salario no van a crecer con esta situación macroeconómica», resume Campos. Para Agostinelli, «la economía está con un respirador». «No sabemos cuánto va a resistir así», advierte.