Lo extratenístico también forma parte del show del Australian Open, denominado el “Happy Slam” en alusión a las renovadas esperanzas de cada tenista en cada arranque de temporada. En la última jornada, lo inesperado ocurrió en el partido que disputaron el español Alejandro Davidovich y el canadiense Félix Auger-Aliassime por la segunda ronda: mientras disputaban el primer set de su duelo en la cancha 8 del Melbourne Park, se mostraron molestos por el ruido que provenía de una pista colindante en la que jugaban el francés Arthur Cazaux y el británico Jacob Fearnley.
Sucedía que los fanáticos seguidores de Cazaux gritaban de tal forma con cada punto del tenista galo que terminaban por desconcentrar al malagueño y al canadiense. Así, de común acuerdo, pidieron al juez de silla cambiar a la cancha 7 para jugar sin tanto barullo alrededor. De esta manera, cuando se llevaban 42 minutos de partido y Auger-Aliassime ganaba por 4-3 en el primer set, el encuentro se frenó y ambos tenistas se cambiaron de court. Un episodio insólito y que se registró pocas veces en la historia del tenis.
Finalmente, el pupilo de Felix Mantilla y David Sánchez se terminó imponiendo por 6-7 (7), 6-7 (5), 6-4, 6-1 y 6-3, en 4 horas y 51 minutos. Claro que en el quinto set, antes de consumar la remontada, hubo más reclamos por parte del español y recibió un segundo punto de penalización por tiempo al resto. De hecho, se negó a continuar hasta que apareció el supervisor. Hasta se sentó en su banco ante la incredulidad del canadiense. Cuando ya era la 1.10 de la madrugada del jueves y a 15 grados, Davidovich Fokina sumó una victoria que lo clasifica por vez primera para la tercera ronda del primer Grand Slam del año. Pero el listón será todavía más exigente ahora para él: se medirá por alcanzar los octavos de final con el checo de 19 años Jakub Mensik, que dio el gran impacto del día al vencer al noruego Casper Ruud por 6-2, 3-6, 6-1 y 6-4.
Davidovich Fokina (66° de la ATP) tiene fama de protestón en el circuito y lo dejó en evidencia en más de una oportunidad. Vivió una situación bastante particular en su duelo contra Holger Rune en el Masters 1000 de Madrid 2023. Tras un saque del danés, el ojo de halcón mostró el pique del servicio y lo que se vio en las pantallas no dejó muy contento al español. “Me da igual lo que diga la máquina, que venga el supervisor. Yo así no sigo jugando”, fueron las palabras del tenista local a Carlos Bernardes. Posteriormente, el supervisor se acercó al español, le explicó la situación y todo terminó ahí.
Volviendo a lo que ocurrió en la más reciente jornada del Australian Open, Fearnley describió lo que ocurrió en ese ruidoso partido ante Cazaux, al que terminó venciendo en cuatro sets. El británico mencionó: “Algunos aficionados estaban muy borrachos, pero el ambiente era genial, fue increíble. Había un chico que era extremadamente ruidoso en la tribuna, al lado de la barra. Al principio no sabía si estaba intentando intimidarme, pero luego me di cuenta de que estaba de mi parte, de hecho, lo echaron al final”.
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