A los 78 años falleció hoy David Lynch, director, guionista y pintor que revolucionó el cine con su mirada oscura y surrealista en películas y series como Twin Peaks, ErasedHead, Lost Highway, Muholland Drive entre otras. Un artista de un talento único que tuvo una relación conflictiva con la industria del cine. A Lynch se le había diagnosticado un enfisema pulmonar después de una vida de tabaquismo.
Único y atrevido
Creador de un surrealismo propio, reflejo de su época y sus momentos, en los que se plantean dudas existenciales de momentos de crisis como la paternidad en Eraserhead, está película lo acerco a Mel Brooks y a la industria del cine que le dió una oportunidad con The Elephant Man (1980) drama sobre John Merrick, un hombre deformado que vivió en la Inglaterra victoriana, y que recibió ocho nominaciones a los Premios Óscar, incluyendo mejor director para Lynch.
Luego de esta película vino la que definiría su vida por fuera de las grandes productoras Hollywoodenses, Dune, la adaptación de la obra de Frank Herbert fue un desafío en el que el director chocó Miles de veces con los productores y termino sacando una película de la que hasta el día de su muerte prefería no hablar.
Este hecho no le impidió seguir mostrando su arte cinematográfico y volvió a su mejor nivel con Wild at Heart (1990), con la que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
En los 90 y los 2000 tuvo sus obras más aclamadas y de culto con la serie Twin Peaks que aún hoy es creadora de cultura popular a través de memes y la película Muholland Drive que le generó otra nominación como mejor director en los Oscars.
Un arte que venía de su interior
Su búsqueda por conectar con lo onírico y con otros planos de la realidad lo llevaron a la meditación trascendental y a escribir un libro autobiográfico sobre sus búsquedas y sus métodos en Atrapa al pez dorado.
Un artista con todas las letras que nos deja su arte, sus videos celebrando los días y la vida, un cine que marcó generaciones de directores y público. Hoy el día no es tan claro pero en su cine, quienes lo disfrutamos, vamos a seguir viendo que hay razones para pelear porque el mundo y el arte sean realmente libres.