miércoles, 22 enero, 2025
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Docentes y estatales piden paritarias. Después de un año a pura pérdida salarial

Primero lo reclamaron desde FEGPPBA, la Federación de Gremios Estatales, el pasado 10 de enero. Seis días después, la Celeste de Baradel en SUTEBA y el resto del FUDB (Frente de Unidad Docente Bonaerense) se dignaron a pedir la paritaria salarial. Le mandaron una carta al ministro de Trabajo, al que se dirigen como “compañero” Walter Correa, cuando es el representante de la patronal que fija los salarios y jubilaciones de la docencia, la salud y estatales bonaerenses.

Dos días después, lo pidió el gremio de Judiciales. Y el lunes 20 lo hizo la CICOP (Salud) y UPCN. La que sí se tomó su tiempo fue la Verde de ATE Provincia, como si sus afiliadas y afiliados no sufrieran los bajos salarios. Recién el martes 21 enviaron una nota muy elogiosa al ministro de Economía y al de Trabajo, pidiendo reabrir las paritarias al gobierno del que son aliados.

Muchas notas, ninguna reunión

Aunque van dos semanas desde el primer pedido, seguido después por todas las conducciones gremiales de docentes, estatales, enfermeras, profesionales de la salud y judiciales, no hay ninguna fecha de reunión y el Ministerio de Trabajo sigue diciendo que están “analizando”. Pese a que FEGPPBA les reclamó hace 13 días que debían “darle celeridad al llamado teniendo en cuenta que estamos próximos a la fecha límite para liquidar los sueldos de enero a percibir en febrero”, aún no hubo respuesta y se acerca fin de mes, lo que en sí es toda una respuesta.

Da vergüenza ajena que entregadores seriales como las cúpulas de FEGPPBA sean quienes marquen lo mal que están las y los empleados públicos bonaerenses y apuren a un gobierno que dice estar poniendo freno al ajuste de Milei. O que traidores de la calaña de UPCN sean los que hablen de las “dificultades económicas producto de la crisis económica nacional”, pero que sean quienes aclaren a su vez que eso “se ha profundizado en la pauta salarial 2024” fijada por Kicillof.

Mientras, desde ATE se desviven en elogios al resaltar en su nota “la voluntad política de un gobierno que fortalece la negociación colectiva, y que ha escuchado a esta organización sindical en cada reclamo y propuesta. Y así hemos avanzado en conquistas históricas…”. Justificando a Kicillof por no dar aumento en diciembre diciendo que la oposición no aprobó el Presupuesto 2025.

Igual de lamentable es el rol cómplice de la Celeste de SUTEBA y el FUDB al pretender destacar en su carta al ministro de Trabajo el supuesto “compromiso compartido con la mejora del salario” (¡?). Por lo que se limitan a pedir fijar “las pautas salariales que impidan la pérdida del poder adquisitivo”, sin plantear ninguna posible medida, cuando enero termina sin aumento, diciembre estuvo congelado y los sueldos docentes han perdido más de un 30% el año que pasó.

Esto surge de comparar la inflación 2024 que trepó al 118%, mientras los salarios docentes apenas “aumentaron” un 84% (ver cuadro), cobrando siempre sueldos por debajo o que apenas superan la canasta de pobreza en ciertas categorías. Una vergüenza.

Docencia bonaerense: un año con 30% de pérdida salarial

Es que con el ajustazo de Milei a nivel nacional, pero también por la política de Kicillof, la docencia bonaerense tuvo un 2024 a pura pérdida en el poder adquisitivo de sus salarios y jubilaciones. Lo mismo para auxiliares de la educación y estatales en general. Agravado porque en diciembre los sueldos volvieron a estar congelados como en junio, sumando así 2 meses de congelamiento salarial en 2024 (ver cuadro), tanto para docentes como para estatales personal de salud, judiciales o el personal legislativo.

Días atrás el INDEC informó la inflación interanual del 117,8% desde diciembre de 2023. Pese a que Milei prometió pulverizarla, lo único que pulverizaron son los salarios, las jubilaciones y demás ingresos sociales. Incluso redujo el salario docente al negarse a pagar el Incentivo, una suma de casi $ 60.000 hace un año atrás, que el gobierno nacional destinaba cada mes para sostener los salarios de más de 1,5 millones de docentes del país.

Con una línea de pobreza que en diciembre el INDEC midió en $ 1.024.435 y un sueldo inicial de la maestra de grado en $ 553.073, apenas se cubre el 54% de esa canasta de pobreza. O con el cargo de preceptor en míseros $ 463.705, el sueldo base de la escala apenas llega al 45% de la línea de pobreza.

Ante estos ataques de Milei y el FMI, Kicillof dice levantar un “escudo protector”, pero su escudo está repleto de agujeros porque descargan esa crisis en la docencia, la salud, estatales y sectores populares de la provincia. Esto se verifica en materia salarial, donde lejos de ganarle a la inflación como solía decir la burocracia Celeste de SUTEBA, se ha perdido más del 30% del poder adquisitivo este año (ver cuadro). En la última reunión paritaria que fue hace más de un mes -el 17 de diciembre-, el gobierno insistió en no dar ningún aumento. Pero la burocracia Celeste de Baradel, que integra el gobierno con una ministra y numerosos funcionarios, muy tibiamente se atrevieron a pedir que en adelante se tome como base el sueldo del mes anterior para calcular los porcentajes de aumentos. Algo que está lejos de las intenciones de Kicillof, porque eso le permite licuar el efecto real de los porcentajes de suba que anuncian y no son tales, al aplicarse sobre el salario de meses atrás. Un escándalo.

Hay plata en la provincia, preparar una salida de fondo

Plata hay si se ponen fuertes impuestos progresivos a las 1.300 familias dueñas de un tercio de las tierras bonaerenses, también a las corporaciones, grandes empresas, sectores extractivistas y banqueros que no paran de ganar fortunas. Si se eliminan los subsidios a los colegios privados que otorga Kicillof por casi 1 un billón  de pesos, a las clínicas y sanatorios por más de $ 300.000 millones y se suspende todo pago de la estafa de la deuda a los bonistas buitres y organismos multilaterales que nos cargaron Vidal y el PJ, pero que este gobierno paga religiosamente.

Como trabajadores, desde la docencia y el resto de sectores estatales, de salud o judiciales, hay dos tareas: exigir a las conducciones de SUTEBA y demás gremios que reclamen paritarias ya, pero por una verdadera recomposición salarial, retroactiva a diciembre, que debe ir al básico y elevar los salarios al valor de la canasta familiar. Paritaria que debería ser pública y transparente, con paritarios electos por la base y representantes de los sectores de oposición Multicolor, en forma proporcional a las elecciones de cada gremio, como mínimo.

El gobierno quiere dar por cerrado el salario de 2024, con la última suba de noviembre y reabrir la paritaria recién en febrero, para dar un aumento a cobrar en marzo. Así, por segundo mes consecutivo no darían ninguna suba, ya que las liquidaciones están por cerrar. En ese escenario, o si de pronto convocaran a alguna reunión, los gremios deberían convocar a asambleas y/o reuniones de delegades en cada distrito con carácter presencial y virtual para definir qué hacer.

En particular en docentes, preparar un posible No Inicio de clases 2025, que debería además ser nacional. Si el ajuste se sostiene, se podría dar un escenario de conflicto inédito para Kicillof, frente a gremialistas que son sus aliados incondicionales.

Por eso la segunda tarea, ante una burocracia alineada políticamente con el PJ, es la de fortalecer una verdadera alternativa política desde la izquierda. Partiendo del programa con salidas de fondo del Frente de Izquierda Unidad, junto a  cada lucha y en defensa de la salud, la educación y todo lo público. Sumate.

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