sábado, 22 febrero, 2025
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La historia secreta de cómo Menem pensó en vender el Banco Nación y un partido de golf le cambió la opinión

Era 1998.

Carlos Rodríguez, entonces viceministro de Economía, recibió un llamado de Roque Maccarone, titular del Banco Nación. Y le dijo: “Hablé con Menem y lo convencí: no va a privatizar el Nación”.

Maccarone le contó la noticia a Rodríguez por un motivo: el economista estaba a favor de vender el BNA. Creía que la presencia del banco estatal alteraba las reglas del libre mercado. “Recuerdo cuando me llamó Maccarone”, cuenta hoy Rodríguez. “Lo convenció a Menem de dar marcha atrás jugando al golf. Ambos practicaban”.

El viceministro entonces cortó y llamó al otro Roque: Roque Fernández, ministro de Economía.

“Y me confirmó todo. Me dijo que el plan para privatizar el Nación ‘estaba acabado’”.

Rodríguez se fue del Ministerio al poco tiempo.

La idea de privatizar el Banco Nación venía siendo un tema de intercambio por aquellos años dentro del equipo económico. Pero Maccarone no quería saber nada ya que, básicamente, dependía de él. Y cuando empezó a correr ‘la propuesta’ , dijo que el banco valía US$4.000 millones

“A Menem le gustó la idea”, dice Rodríguez. “Pero al poco tiempo empezó a haber protestas de empleados, de productores rurales, abrazos al banco, sindicatos y otras cosas más. Ahí a Menem ya no le gustó tanto. Los políticos ahí retroceden”.

Miguel Kiguel, un integrante de aquel equipo, también recuerda el hilo del ‘debate’: “Pensábamos que era una buena idea porque mejoraba el gobierno corporativo y permitía que el sector privado entre y poder listar las acciones en la bolsa como pasa con el Banco do Brasil”. De hecho los gobiernos de izquierda en Brasil no estatizaron el banco.

Pablo Guidotti, otro de los integrantes, precisa que “se pensó en especializar el banco a préstamos al sector agropecuario, en un sector donde tiene ciertas ventajas competitivas”.

Rodríguez está a favor de esto último. Guidotti piensa “hacerlo S.A. tiene la ventaja de poder hacer entrar capital privado para expandir sus operaciones y también permite tener un mejor corporate governance”.

Mucho se habló de si aquel intento de privatización el Banco Nación fue un pedido del Fondo Monetario. Los integrantes de aquel equipo lo niegan.

“Llamamos al FMI para hacer un programa —repasa Rodríguez—, pero como no pedimos fondos frescos, solo se discutía la trayectoria fiscal y del Fondo no salió la idea de privatizar el Nación”.

Roque Fernández, consultado para esta nota, coincide. “El FMI no estuvo en este tema”.

Después del Efecto Tequila (1994-1995) se produjo una serie de privatizaciones de bancos provinciales para la que ayudó un préstamo del Banco Mundial. Aquello se convirtió en el fondo fiduciario para el desarrollo provincial y facilitó la discusión de si el Banco Nación debía ser privatizado. En 1997, estando en Economía, Rodríguez le dio más impulso.

Pero Maccarone, que años más tarde terminaría siendo presidente del Banco Central en la crisis de 2001, puso freno a la venta del Nación. Y lo hizo dos veces.

Primero, en abril de 1998 redactó un documento llamado ‘La modernización del Banco Nación’ donde sostenía que había que convertirlo en S.A. para básicamente retirarlo de la tutela de Economía. Propuso nombrar un directorio al margen de presiones políticas y llevó el documento a Menem al Buenos Aires Golf Club.

Segundo, cuando Menem ya se iba (1999) y la competencia para sucederlo era entre Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa, Maccarone volvió a contragolpear: publicó un libro (Hacia un nuevo Banco Nación) elaborado bajo la dirección del economista y expresidente del BCRA Javier González Fraga, supervisado por el propio Maccarone. El documento dice, entre otras cosas, que la entidad había efectuado aportes directos al Tesoro Nacional que no eran ganancias y que Economía pedía. Y el banco debía entregar.

El Banco Nación, la entidad financiera más grande de la Argentina, enfrenta una disyuntiva: cumplir los objetivos establecidos en la carta orgánica, que son atender crediticiamente a las actividades productivas y a las PyMEs, y por otro lado con las normas del BCRA y la presión competitiva del mercado.

La valuación del Banco Nación nunca se hizo porque la idea se frenó después del golf entre Menem y Maccarone. Tampoco llegó el tema al Congreso. Además Duhalde y De la Rúa rápidamente dijeron en campaña que no lo privatizarían por más que Maccarone sí estaba a favor de hacerlo S.A, igual que Milei hoy. ¿Pero alguien lo convencerá de no hacerlo como pasó con Menem?

Lo único que sigue en Olivos hoy desde aquel entonces es el carrito de golf.

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