Ante un aumento sin precedentes en la llegada de migrantes desde el norte de África, el gobierno griego ha anunciado la suspensión temporal, por al menos tres meses, del procesamiento de solicitudes de asilo para quienes arriben por mar desde Libia.
La medida fue presentada por el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis, como una respuesta de emergencia ante una situación que amenaza la estabilidad del país y sobrecarga los servicios locales, especialmente en la isla de Creta.
En los últimos días, más de 2.000 migrantes desembarcaron en Creta, y otros 520 fueron rescatados frente a sus costas, lo que eleva el total de llegadas en lo que va del año a más de 9.000 personas.
| La Derecha Diario
Esto representa un aumento del 350% respecto al año anterior, según cifras oficiales. Las autoridades locales, como la Asociación del Personal de la Guardia Costera de Creta Occidental, han expresado su agotamiento físico y logístico, describiendo la situación como »insostenible».
Mitsotakis declaró ante el parlamento que todas las personas que lleguen ilegalmente por mar serán arrestadas y detenidas. Además, subrayó que se trata de una medida »necesaria y temporal», y advirtió a traficantes y migrantes potenciales que el dinero que invierten en estas travesías resultará en vano.
El ministro de Migración, Thanos Plevris, fue aún más contundente al publicar en sus redes »mensaje claro: quédense donde están, no los aceptamos».
La postura de Plevris responde al temor de que el aumento en los flujos migratorios se traduzca en inestabilidad social, económica y turística, especialmente en islas como Creta y Gavdos, que son destinos clave del turismo griego.
| La Derecha Diario
La presión sobre la infraestructura de acogida ha obligado a las autoridades locales a improvisar soluciones, como albergar a cientos de personas en un mercado municipal, sin ventilación adecuada y bajo temperaturas extremas.
Ante esta crisis, representantes europeos intentaron reunirse en Libia para coordinar una respuesta regional. Sin embargo, la visita a Bengasi fracasó cuando las autoridades del este del país bloquearon el acceso de la delegación europea alegando violación de la soberanía libia.
Este revés diplomático refleja las dificultades para cooperar con un país dividido entre dos gobiernos rivales: el Gobierno de Unidad Nacional en Trípoli (reconocido por la ONU) y el Gobierno de Estabilidad Nacional en el este, apoyado por el general Khalifa Haftar.
| La Derecha Diario
Sin importar cuánto lagrimeen Amnistía Internacional y otras organizaciones globalistas de Derechos Humanos, el gobierno griego insiste en que tomará todas las medidas necesarias para frenar los flujos desde África.
Al convertirse la ruta entre Tobruk (este de Libia) y Creta en una de las más activas del Mediterráneo, y Grecia, cerrar el acceso y suspender los trámites de asilo emergen como decisiones acertadas para frenar la inmigración descontrolada.