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Antes de que se apagaran las luces, Vélez ya era un grito. El “Olé, olé, olé, Lali” sonó como se canta en las noches que quedan marcadas. Nadie fue a ver “un recital”. Se fue a ser parte de algo.
Desde el arranque, el despliegue fue arrollador: puesta gigante, coreografías impactantes, banda afilada y una Lali que domina el escenario con naturalidad absoluta. A sus 33 años, después de crecer frente a cámaras y atravesar cada etapa bajo la lupa pública, volvió a demostrar que este disco no es solo un paso más, sino una declaración de identidad artística.
Dillom, pogo y rock: la noche también fue caos
El pogo llegó con “33”, el tema de Lali junto a Dillom, y Vélez explotó como si se tratara de un recital de rock. El campo se convirtió en una marea en movimiento, con saltos, empujones y gritos que desbordaron cualquier lógica pop. Durante los primeros segundos, la voz de Dillom se escuchaba sin que nadie lograra ubicarlo.
La sorpresa se reveló de golpe cuando el cantante apareció desde una de las plateas, cantando entre el público, mezclado con la gente. La escena terminó de romper todas las fronteras entre escenario y espectadores, y transformó ese momento en uno de los más caóticos, intensos y celebrados de la noche.
Moria Casán en escena y el momento que sacudió al Amalfitani
El estadio explotó con “No me importa”, primer estallido total de la noche. Pero el clima se volvió eléctrico cuando sonó el teléfono que anuncia “¿QUIÉNES SON?”. El audio de Moria Casán fue recitado de memoria por miles, en uno de los primeros gestos de una noche atravesada por códigos de la cultura queer.
Lali Moria Casán
Moria Casán irrumpió en escena y protagonizó uno de los momentos más icónicos de la noche.
Y entonces pasó lo impensado: Moria apareció en el escenario. La One, símbolo absoluto de irreverencia y libertad, irrumpió como salida de un teatro de revista. La ovación fue ensordecedora. No era solo una participación: era un cruce generacional, cultural y político que quedará grabado como uno de los momentos más icónicos del show.
“Ego” y el silencio de Vélez: el instante más emotivo del show
El momento más emotivo de la noche llegó con “Ego”. Miles de celulares iluminaron el estadio, dibujando un cielo momentáneo en Vélez, mientras Lali pidió un acapella y 50 mil personas cantaron de manera ensordecedora. Las voces se quebraban, las lágrimas se mezclaban con los gritos, y la emoción recorrió cada tribuna, dejando una huella imborrable en todos los presentes.
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Vélez se convirtió en la gran celebración de la carrera de Lali: hits, emoción y una energía sin descanso.
La noche también fue un repaso por sus grandes éxitos. Con “Boomerang” y “Histeria”, el público cantó cada palabra y saltó al ritmo de los himnos, en una energía que no daba respiro. Vélez se convirtió en una verdadera celebración de toda su carrera, un cierre monumental que repasó todo lo que Lali construyó en estos años sobre el escenario.
El homenaje a la comunidad LGBTIQ+ llegó con “Soy”. Dieciséis drag queens tomaron la pasarela y la transformaron en un ballroom a cielo abierto. Abanicos arcoíris, orgullo explícito y un estadio entero cantando una consigna que ya es bandera.
Sandra Mihanovich se unió a Lali en un momento histórico con “Soy lo que soy” en Vélez
En medio del espectáculo de luces y del imponente cuerpo de baile, apareció Sandra Mihanovich. A su lado, Lali, radiante con su vestido corto de flecos plateados y botas negras, tomó el micrófono junto a la leyenda, condensando décadas de música y empuje femenino en una sola escena.
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Sandra Mihanovich y Lali juntas en “Soy lo que soy”: un momento histórico que unió generaciones.
El instante más inolvidable de la noche llegó con la interpretación de “Soy lo que soy”. Sandra empezó casi en susurro, mientras los bailarines se movían preparando un giro escénico que elevó la emoción a cada rincón del estadio. Cuando la canción explotó, la ovación fue unánime y la energía se desbordó sobre y bajo el escenario.
Al cerrar el tema, ambas artistas se fundieron en un abrazo eterno. Sandra se despidió diciendo: “Lali es todo lo que está bien en la Argentina. Buenas noches, felicidades, Argentina”. El estadio entero aplaudió de pie. Minutos después, Lali, emocionada, respondió entre lágrimas: “¡Qué regalo! Sandra Mihanovich, Buenos Aires. Sandra, te amamos”.
¿Lali anuncia un River para 2026?
No fue un anuncio formal, pero tampoco un gesto al azar. Hacia el final del show, las pantallas mostraron la icónica estrella de cuatro líneas incompleta. En el video en blanco y negro, Lali trazaba la línea faltante con un color que muchos interpretan como rojo, haciendo alusión a la banda de River Plate, mientras aparecía una fecha que encendió todas las alarmas: 6-6-26.
La reacción del público fue inmediata. Desde las tribunas surgió un canto unánime: “River, River, River”. Lali sonrió, evitó dar una confirmación directa y soltó una frase que intensificó el misterio: “Está jodido”.
El anuncio oficial, según adelantó la propia artista, se hará el 23 de diciembre y lo definió como “un regalito para antes de Navidad”.
Un 2025 consagratorio: récords, giras y un presente imparable para Lali
El año terminó de consolidar a Lali como una figura central de la música argentina: fue la primera artista en agotar cinco estadios Vélez en un mismo año, convocó a más de 350 mil personas en su tour mundial, lanzó uno de los discos argentinos más destacados del año y presentó su propio documental en Netflix.
En Vélez, además, desplegó una mega producción con más de 30 artistas en escena y una puesta de nivel internacional que no dio respiro.
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Con cinco Vélez agotados, Lali brilló junto a Dillom, Moria Casán y Sandra Mihanovich en un show que recorrió toda su carrera y dejó una señal para 2026.
El cierre fue pura celebración. “Fanático”, “Disciplina” y “Plástico” hicieron temblar el estadio. Con una remera que decía “Tu popstar fav”, Lali se despidió con “Pendeja” y “No me importa”, fundiéndose con su gente.
No hay números que expliquen lo que Lali genera en vivo. Vélez fue la consagración definitiva. River, si se confirma, será otra cosa: salto histórico, marca de época y cierre de era.
