InicioSociedadMarcelo Cepernic recordó los apodos más insólitos de los personajes históricos

Marcelo Cepernic recordó los apodos más insólitos de los personajes históricos

Como cada viernes, Marcelo Cepernic, participó del programa «La Otra Gestión» que se emite de lunes a viernes, por Radio Nuevo Día, con la conducción de Karina Taberne y Claudio Lobos.

En esta oportunidad, Cepernic realizó una compilación de los apodos que le asignaron a diferentes personajes históricos de nuestro país y el mundo.

El ex intendente comentó que le llamó la atención que en las noticias internacionales llaman recurrentemente «el loco» a Javier Milei, presidente electo argentino.

A partir de esto decidió investigar los diferentes apodos históricos.

Comenzó recordando que a «Napoleón, tipo que tuvo poder si los hay y grandes territorios bajo su dominio, era petisito. Y le decían, le petit caporal, en francés, que es el pequeño  cabo, que es la más baja jerarquía en la escala militar, era un apodo despectivo y sus enemigos tradicionales, que eran los ingleses, le decían Boney» esto tiene que ver con un juego de palabras entre su apellido Bonaparte y el significado de Boney que es huesudo. 

«Yendo a los personajes vernáculos, a Manuel Belgrano, el creador de nuestra enseña patria, le decían cotorrita, porque siempre andaba vestido de verde, que era su color preferido», .lo llamaban «el Tigre de los Llanos  a Facundo Quiroga. Nicolás Avellaneda, que fue presidente en 1874, era petiso también, como Napoleón y usaba unos tacos más altos por lo que le decían taquito, pero además caminaba como dando saltito y el ingenio popular enseguida le puso gorrión o chingolo», relató.

Luego agregó: «Javier Milei tiene el privilegio de compartir el apodo con Domingo Sarmiento al que le decían el loco también, inclusive hay un historiador muy interesante, Daniel Balmaceda, que cuenta historias insólitas de la Historia» y narra que  «Avellaneda fue sucesor de Sarmiento y entonces -ya siendo presidente Avellaneda-, entró con Julio Argentino de Roca a su despacho presidencial y estaba Sarmiento sentado leyendo un papel,  entonces lo llevó aparte y dice, che, ¿qué hacemos con el loco este?».

«A Julio Argentino Roca, que parece que era bastante pícaro, le llamaban el zorro. Sí, sí, es cierto. Esto es conocido. A Ramón Cárcano, por su aspecto físico, le decían el mono, inclusive la prensa directamente. lo que hoy sería bullying; José Uriburu  era la lechuza; y a Luis Sáenz Peña le decían el pavo, no sé muy bien por qué; en tanto a Hipólito Yrigoyen, es conocido como el peludo; Carlos Tejedor, que fue gobernador de Buenos Aires, parece que era bastante sinuoso en sus acciones políticas y le decían el camaleón. y las revistas humorísticas de la época lo mostraban trepándose al árbol del poder».

«En las caricaturas, a Carlos Saavedra Lamas, un personaje interesante, que ministro de Relaciones Exteriores y premio Nobel de la Paz, fue el mediador en la guerra chaco-paraguaya le decían viborón, porque parece que era muy agudo en la sorna, en la ironía», señaló.

Sobre «Miguel Juárez Celman, que fue el que propició la separación de la Iglesia y el Estado le decían el burrito cordobés y parece que en la Economía no le fue muy bien, como algún reciente candidato, y le decían Juan Beduino, pero la verdad que no sé qué tiene que ver eso con el fracaso de una política económica» comentó Cepernic.

El procer politico «Leandro Alem, fundador de la Unión Cívica Radical» según pudo investigar el historiador Daniel Balmaceda «hay informes de la inteligencia que lo investigaban y le decían el Cristo, porque él había seducido a los inmigrantes quienes lo seguían como si fuera un Cristo».

«Manuel Quintana era muy atildado, él siempre andaba de pinta y por eso le decían el maniquí, por eso debe ser también que tiene su avenida ahí en Recoleta». También pudo saber, investigando este tema, que «era apoderado del Banco de Londres en la provincia de Entre Ríos, y el gobierno había dictado un Decreto de la convertibilidad a oro del peso argentino y el Banco de Londres no la acató, y este hombre, que era muy pro-londinense, había una cañonera inglesa apostada y quería que bombardearan Santa Fé y que bombardearan el Banco, una cosa de locos, por supuesto, fue senador, fue diputado nacional».

«A Dalmacio Vélez Sarsfield«, quien entre otras cosas redactó el Código Civil y el de Comercio, «le decían Mandinga porque estaba lleno de picardías».

«A Carlos Pellegrini, que era rubio de ojos azules, le decían El Gringo, algo poco original, pero en cambio, a Victorino de la Plaza, que tenía rasgos achinados, le decían El Chino o Doctor Confucio», político argentino Cepernic recordó que «fue presidente, vice de Sáenz Peña y fue el que inauguró los ferrocarriles y la Caja Nacional de Ahorro y Seguro».

«Marcelo T. Alvear es poco original porque no tenía pelo como algunos de nosotros, por lo que era llamdo el pelado».

«Joaquín B. González, le decían El Dormilón porque dormía largas siestas, y lo que pasaba era que -según dicen las crónicas de la época- se pasaba la noche jugando al póker, entonces, durante el día tenía sueño». Sobre González aporte un dato más: «Él era ministro del Interior y el general Pablo Ricchieri, era ministro de Guerra y resulta que son los dos que estuvieron en la exhumación del féretro de Belgrano, el creador de la bandera, que sorprendentemente estaba en buen estado, y qué hicieron estos dos, se robaron los dientes de Belgrano de recuerdo, y la cosa trascendió así que se armó un escándalo y tuvieron que ir a devolver los dientes que se habían afanado.  ¡Qué ganas de tener ese souvenir!».

«José Félix Uriburu, que fue presidente de facto, le decían ocho y veinte, porque tenía los bigotes así, oblicuos hacia abajo, como un reloj que marcaba las ocho y veinte».

«A José Figueroa Alcorta, le decían Jetaltore», por considerarlo «Yeta», según el lunfardo de «traía mala suerte», y en ese sentido Cepernic relató algunas situaciones que llevaron a tildarlo de esa manera: «Fue vicepresidente de Quintana y éste se enfermó y se murió» pero no solo esa desgracia ocurrió en su gestión sino que «durante su mandato se murieron Mitre, Pellegrini, Saez y Juárez Celman, además un legislador que lo fue a ver se murió de un infarto en su despacho». También hubo otros hechos que abonaron su mote de mala suerte: «Para el centenario en 1910 vino el presidente chileno Manuel Mont y resulta que se enfermó el presidente chileno, se fue a curar a Alemania y se murió; después para un 18 de septiembre viajó a Chile y tuvo una gran recepción, en la que se cortó la luz» afectando la realización de los actos. Pero no quedó ahí sino que «después en el hipódromo había una carrera y uno de los caballos tenía en las crines la bandera argentina y chilena y el caballo rodó a la salida y no pudo participar en la carrera». 

«Y ya un poco más moderno -continuó relatando Marcelo Cepernic- a IIlia le decían la tortuga» y ya en una época más cercana a la actualidad buscó averiguar «por qué a Fernando De la Rúa le decían chupete» y la razón es la siguiente: «En 1973 el FREJULI arrasó en las elecciones, que resultó presidente Cámpora, pero insólitamente eso fue en marzo y en abril hubo elecciones en la Ciudad de Buenos Aires para elegir un Senador y el único que ganó fue De la Rúa, con un millón y pico de votos y tenía solo 32 años, entonces como era jovencito le decían chupete».

«Quería cerrar con la historia de dos excelentes dibujantes de revistas cómicas. Uno se llamaba Guillermo Guerrero y el otro Héctor Sidoli. Trabajaban en la inolvidable revista Ricotipo, de Divito, de mi época. Las chicas de Divito eran todas caricaturas de niñas pulposas y  ellos eran dibujantes de esa empresa, y un día fueron a verlo a Divito y le dijeron queremos independizarnos, vamos a hacer una revista propia, y Divito, muy pícaro, les dijo, no, no, vamos a ser socios, yo les ayudo y les financio. Y así crearon una revista llamada Lupin, que yo compraba cuando era chico, traía inclusive planos de aeromodelos y yo era aeromodelista». En tal sentido recordó que «Lupin es obviamente el sobrenombre de nuestro ex gobernador y presidente de la nación Néstor Kirchner». En ese punto señaló que los caricaturistas, se presume, tomaron el nombre del personaje ya que «Luppin es una palabra inglesa que significa un giro vertical de un avión 360 grados, cada vuelta te pones de cabeza y después sigue su vuelo» y justamente «Guillermo Guerrero era un piloto civil, fanático de la aviación, entonces el personaje era un aviador que volaba un avión bastante antiguo, que usaban el casco y los anteojos y curiosamente el perfil de este Lupin era exactamente igual al perfil de Néstor Kirchner. Tan es así que Néstor reconocía el parecido y llegó a juntarse con estos dos libretistas a festejar la anécdota».Más adelante recordaron en el estudio que también se lo llamaba «Lupo», y Cepernic expresó que «es poco feliz porque Lupo en italiano quiere decir lobo, que normalmente no es un personaje muy querido».

Marcelo Cepernic es columnista del programa La Otra Gestión, y cada viernes, minutos antes de las 9 de la mañana relata con humor y en primera persona, momentos históricos -algunos conocidos y otros inéditos- de nuestra provincia y nuestra ciudad. (El Diario Nuevo Día) 

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