Las tardes lluviosas nos suelen invitar a compartir el sillón frente al televisor. Muchas veces, se vuelve complejo elegir qué ver, sobre todo hoy en día, donde contamos con más de una plataforma para escoger. Por eso, te traemos una opción novedosa para entretenerte y no poder despegarte de la pantalla. Pero te lo advertimos, no es para cualquiera.
Se trata de Tin y Tina, la obra prima del director Rubin Stein, la cual se convirtió en una de las sensaciones del cine español de terror en los últimos meses. Tras su paso por las salas de cine, la película llegó a Netflix, donde conquistó a una nueva audiencia.
La historia gira en torno a Lola (Milena Smit) y Adolfo (Jaime Lorente), una pareja joven que decide adoptar a dos gemelos de siete años, Tin y Tina (Carlos González Morollón y Anastasia Russo), tras un aborto traumático. La vida en el nuevo hogar parece idílica al principio, pero pronto la oscuridad comienza a apoderarse de la atmósfera. Lola empieza a sentir una extraña conexión con los niños y a notar comportamientos inquietantes en ellos, especialmente en Tina, la más introvertida del dúo.
A medida que profundiza en el pasado de los gemelos, Lola descubre un secreto aterrador relacionado con la madre biológica. Este descubrimiento la llevará a cuestionar su propia cordura y a enfrentarse a sus miedos más profundos.
Tin y Tina destaca por su atmósfera opresiva y claustrofóbica. La cinta también cuenta con una selección musical muy cuidada, a cargo de Alberto Iglesias, que contribuye a crear una sensación de inquietud constante.
Las actuaciones del reparto son otro de los puntos fuertes de la película. Milena Smit transmite a la perfección la angustia y el terror que experimenta su personaje. Jaime Lorente también representa, de manera muy convincente, su papel de padre protector, aunque con sus propias dudas e inseguridades. Por su parte, los niños, Carlos González Morollón y Anastasia Russo, son una de las revelaciones de la película. Con su mirada penetrante y sus gestos enigmáticos, consiguen crear una atmósfera de misterio y suspenso que mantiene al espectador en vilo durante toda la película.
Tin y Tina no es una película para todos los públicos (es apta para mayores de 16 años). Es una cinta oscura, perturbadora y que no escatima en violencia. Sin embargo, para los amantes del terror psicológico, es una película imprescindible. Rubin Stein consiguió crear una obra que te mantiene atento hasta el final y te deja con una sensación de inquietud que te acompañará durante mucho tiempo después de haberla visto.
LA NACION