El español se impuso al argentino después de tres horas de batalla
El exnúmero uno del mundo, que no hilvanaba tres triunfos seguidos desde hace un año y medio, venció 6-1, 6-7 (5-7) y 6-3 al cordobés, que le pidió su camiseta al terminar el encuentro.
El resultado dirá que Rafael Nadal venció a Pedro Cachín en poco más de tres horas en la tercera ronda del Masters 1000 de Madrid, pero la realidad es que ambos ganaron: el español, porque demostró que pudo superar una nueva y exigente prueba en su intento de regresar a los primeros planos; y el argentino, porque no se rindió nunca, porque puso en aprietos al exnúmero uno del mundo y hasta porque se llevó la camiseta del legendario rival como trofeo.
Después de tres horas y seis minutos de juego, Nadal por fin pudo quebrar la resistencia de Cachín y anotarse su tercer triunfo en la capital española por 6-1, 6-7 (5-7) y 6-3. El puño al cielo del mallorquín tuvo un doble significado. Por un lado, la alegría por una nueva en un duelo que se le había complicado más de la cuenta y, sobre todo, porque dejó en claro que puede ser competitivo incluso estando más de tres horas en una cancha. Hace dos semanas, había dicho que no podía exigirse más de una hora y media y en Madrid ya duplicó su prestación sobre la pista.
El primer set fue un claro 6-1 con tres quiebres en favor de Nadal, pero la diferencia en el juego no fue tan amplia. Por eso, en cuanto el español bajó un poco la intensidad y el argentino se sacó los nervios de encima, el duelo se hizo mucho más luchado. Cachín tuvo dos set points con su saque para igualar el partido, pero cometió dos doble faltas que parecía su sentencia en el juego. Sin embargo, el argentino se repuso y dominó el tie break para forzar el tercer set. Allí Nadal mandó desde el arranque y, pese al esfuerzo de Cachín, pudo cerrar el duelo con solvencia.
Con tres victorias seguidas después de un año y medio y ya en los octavos de final, Nadal se medirá este martes ante el checo Jiri Lehecka, aunque el propio jugador puso reparos sobre su rendimiento. «No sé, hasta que el martes vea cómo estoy; y esa es la realidad. Vamos a ver si soy capaz de jugar dos días seguidos, de jugarlo con garantías. Es una incógnita para mí. Hace mucho que no juego asumiendo estas cargas en partido oficial. Si puedo competir el martes será positivo haber competido cuatro días seguidos. Eso lo dan partidos y victorias y en eso estamos», relató Nadal. «Me sorprendería ganar», se sinceró.
Del otro lado, Cachín cumplió un sueño al enfrentarse a Nadal y asumió de la mejor manera la derrota ante uno de los mejores jugadores de la historia. Tal y como suele ocurrir, sobre todo, en el fútbol, Cachin no dudó en pedirle una camiseta al español. Fue al término del encuentro, en la red, durante el saludo entre ambos.
«Es un sueño hecho realidad para mí. No estoy seguro de cuál es el protocolo en estos casos, pero ¿puedo pedirte una camiseta?», le dijo el argentino a Nadal mientras se felicitaban por el partido disputado.
Nadal asintió. «Luego te doy una», respondió. Y, a continuación, tomó una remera de su bolso, acudió al banco del argentino y se la entregó en mano para cumplir con el deseo de su rival. Nadal superó una prueba, Cachín cumplió un sueño.