“Que paren”. En la Casa Rosada dan por hecho que mañana habrá paro de subtes, trenes, aviones, camiones y barcos y no harán nada por evitarlo. Cerca de Javier Milei tildaron de “política” a la huelga convocada por la alianza de gremios del transporte y optaron por confrontar con los sindicalistas del “ala dura” sin abrir instancias de diálogo o negociación.
Con la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que aglutina a los colectiveros, el panorama del Gobierno es distinto. El gremio de Roberto Fernández no adhirió al paro de este miércoles y en cambio convocó a un cese de actividades para el jueves, en un gesto de diferenciación de jefes sindicales intransigentes, como Pablo Moyano (Camioneros) y Pablo Biró (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas).
La medida de fuerza está anunciada por 24 horas y afectaría a la mayoría de las líneas de colectivos de corta y media distancia en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
No obstante, antes (el miércoles por la tarde) está prevista una reunión entre la UTA y las cámaras empresarias en la Secretaría de Trabajo, que encabeza Julio Cordero. Allí, la expectativa del Gobierno es que se llegue a un entendimiento para evitar el paro de colectivos del día siguiente.
En su habitual conferencia de prensa, el vocero presidencial, Manuel Adorni, no sólo dijo que los gremios que van al paro mañana son “defensores de sus privilegios en perjuicio de la gran mayoría” sino que cruzó a los líderes sindicales que motorizan la medida, uno por uno. “Aeronavegantes y el gremio de pilotos de Pablo Biró se resisten a perder sus privilegios y sus pasajes gratuitos en clase ejecutiva”, dijo sobre el sector aéreo. Luego dijo que el gremio de Moyano “sale en defensa de Biró porque no hay otra razón”. Y cerró diciendo que la Unión Ferroviaria “defiende servicios con una calidad peor que hace medio siglo”.
El portavoz dio el mensaje después de participar en la reunión de “mesa chica” que Milei encabeza los martes por la mañana en la Casa Rosada.
Uno de los líderes sindicales que mañana van al paro dijo a LA NACION: “De parte del Gobierno no hubo ninguna propuesta o llamado. Siempre es bueno que exista una mesa y conocer la naturaleza del conflicto pero el Gobierno dejó que el conflicto escalara”.
Los gremios que van al paro no rechazan la naturaleza política de su medida de fuerza. “La cuestión salarial es solo una parte de nuestras demandas”, reconoció un pope sindical.
La mesa del transporte anunció un paro “en reclamo al ajuste impulsado por el gobierno de Milei, el aumento de los boletos tras la quita de subsidios, el intento de privatización de Aerolíneas Argentinas, el ataque a los jubilados y en rechazo al aumento de la pobreza”. La medida de fuerza estará acompañada por protestas callejeras a las que se sumarán grupos piqueteros, estatales de ATE y gremios del personal de la AFIP y de Aduanas, que rechazan los cambios anunciados en esas áreas.
La medida gremial coincide con la decisión del Gobierno de acelerar la discusión del proyecto para privatizar Aerolíneas Argentinas en el plenario de las comisiones de Transporte y Presupuesto de Diputados. Por eso en la Casa Rosada apuntan especialmente contra Biró.
“Van a perjudicar a los que quieren trabajar. El Gobierno no pudo evitar el paro porque el pedido de conciliación lo tiene que hacer un privado”, dijo hoy Adorni. La Secretaría de Transporte tiene como política no llamar a conciliación obligatoria no hay un pedido expreso de la parte empresaria en el marco de un conflicto.
Con el gremio de los colectiveros, en cambio, la actitud del Gobierno es distinta porque el problema es de carácter salarial. La UTA todavía no cerró su paritaria pese a que, en este caso, la Secretaría de Trabajo dictó conciliación obligatoria y la prorrogó por cinco días, que ya vencieron. “Esperamos que tanto las empresas como las autoridades nacionales, la provincia y la Ciudad se hagan responsables y se comprometan a acordar los salarios evitando la medida que genera daño a los usuarios”, manifestó el gremio en el comunicado en el que anunció la medida de fuerza para el jueves.
En este caso, el Gobierno es un actor con injerencia en la paritaria del sector porque el estado nacional aporta subsidios por el 70% de los gastos que demanda el funcionamiento de los colectivos.
En el AMBA el sistema funciona con $170.000 millones mensuales, de los cuales un 70% son aportados por el Estado y el 30% por el precio de las tarifas, según fuentes del sector. Tal como publicó LA NACION, el Gobierno aceptó dar $18.700 millones mensuales más en subsidios a las empresas que tienen la concesión de los servicios para destrabar la paritaria con la UTA. Lo que no quiere la gestión de Milei es que la cuestión salarial redunde en una suba en el boleto que pueda tener impacto en la inflación.
Con este escenario, la expectativa oficial es que mañana se alcance un acuerdo con los colectiveros que desactive el paro del jueves. “Si UTA llamó a un paro diferenciado es porque tiene voluntad de acordar”, dijo un colaborador oficial a LA NACION. Así, el impacto del paro del miércoles sería más moderado –porque funcionarán los colectivos- y se podría evitar que el caos por la ausencia de servicios de transporte se extienda durante 48 horas.
Conforme a los criterios de