Viajan en grupo, la mayoría homogéneo; desechan la idea de alojarse en hotel, prefieren hacerlo en departamento o, si es en algún barrio del sur, en una casa; se mueven en conjunto en un itinerario que suele arrancar y terminar de la misma manera: con los pies en la arena; la agenda para ellos es inagotable, se superpone sin contrariedad. Y son bienvenidos: naturaleza de la edad, gastan sin cuidado. Este verano, Mar del Plata tiende a consolidar el turismo que la revitaliza, el del público joven.
Un fin de semana de la temporada pasada ocurrió que una misma noche, simultáneamente, por la cantidad de fiestas, boliches abiertos, sunsets, recitales, por la movida que late y crece de norte a sur, bien al sur, hasta las playas de Chapadmalal, la noche marplatense movilizó simultáneamente a unos 200 mil jóvenes. Podría replicarse este verano.
La temporada transita sus primeros días y ya es evidente la estadística que difunde el Ente Municipal de Turismo y Cultura (Emturyc). Indica que el 45% de los turistas que llegan a estas playas tienen entre 18 a 35 años: una temporada nuevamente apuntalada por la juventud.
No es casual. El campo de acción dispuesto para ellos es el estímulo perfecto a orillas del mar, y les resulta ineludible: atardeceres en la playa como para que el ambiente comience a energizarse, múltiples fiestas electrónicas, recitales (el viernes Babasónicos llenó la arena de Mute; la semana próxima, en Samsara, es el turno de Luck Ra), renombrados DJ’s animando festivales, aperturas y celebraciones auspiciadas.
Además de los eventos programados, los recitales y los eventos en estructuras que solo se montan en temporada (como las de Mute, Sonora Park o Helena Beach), se suma el público de los boliches de Playa Grande, germen de la dinámica joven. Porque aquí comienza el día, cuya hoja de ruta va diseñándose por ese incansable ida y vuelta que transcurre en las redes sociales.
Hubo una estrategia definida para atraer al público joven de vuelta a Mar del Plata, se trabajó con big data para orientar los esfuerzos hacia ese segmento, dio resultado y cambió la forma de comunicar Mar del Plata.
Es así que como alguna vez el país la anheló mostrándose plena en la tele desde la explanada del Torreón del Monje, con Juan Alberto Mateyko y su recordada Movida del Verano, programa en los años 90 por el que pasaron Julio Iglesias, Roberto Carlos, Shakira, José Luis Perales, Thalía y Ricky Martin, entre otros, ahora además de movileros y medios cubriendo las alternativas de la temporada, influencers, youtubers y los canales de streaming se instalaron para transmitir desde estas playas, todo un acicate para el turismo joven.
Este semana inauguró Olga, una apertura potente con un megashow en conjunto con el programa “Un poco de ruido”, con entrada libre y gratuita en Helena Beach. Algunos nombres del line up que siguieron en vivo por las redes o bien con los pies en la arena de Helena Beach: Ariel El Traidor y los pibes, Hernán y La Champions Liga, Santi Cairo, Uriel Lozano, Rodrigo Tapari, Los charros, Seba Mendoza, Dani Banda Uno, Junior, Mc Caco y 18 Kilates.
Así arrancó y ofrece su programación en vivo desde allí. La llegada del streaming más famoso es un incentivo para la juventud: en 2024, el canal superó en sus redes las 198 millones de visualizaciones. Hoy se lo ve y transmite desde la playa.
El último fin de semana la ciudad volvió a tener a miles en las calles, pero con el 65% de ocupación a partir del nuboso comienzo del año aún no se dio la singular convocatoria que el verano pasado el diario local La Capital bautizó como «la noche de los siete River-Boca», por la cantidad de público que llenaba un estadio mundialista es fin de semana histórico (ya no hay fútbol de verano) multiplicado por siete, resultado: unos 200 mil chicos esparcidos en los diferentes escenarios.
Pero las reservas crecieron para este segundo fin de semana, se acercan al 80%, y el clima al fin va en franca mejoría. De aquí en más, hay fiestas y boliche todos los días. A tiempo que se abrían las puertas para Babasónicos (en el Festival Cuenta DNI del Banco Provincia, las entradas, canjeables desde la app, se agotaron en un día), en el Calamar Loco – Casa Pampa Playa, epicentro de los atardeceres en Chapadmalal, se celebró el primer Corona Sunset Session, con Guy Gerber, a Non Citizens y a Rocío Portillo. Luego, las noches alternan allí entre «cachengue» y electrónica.
Después, la electrónica -aquí hasta las 5.30 de la madrugada- se traslada a los balnearios ubicados al sur del faro de Punta Mogotes. La agenda es amplia. Un vistazo: el 16 de enero será el festival Picheo 808 en Sonora Park, en la Playa del Faro: la propuesta está dirigida a los amantes del reggaeton, el trap y la música urbana. El mismo escenario albergará a artistas internacionales de renombre como Eelke Kleijn, también la noche del viernes 10, y John Digweed, el 24, entre otros.
Mute tiene en agenda a DJ’s como Ricardo Villalobos, que tocó el jueves; Miss Monique, este sábado; Solomun, el 18; Agents of Time, el 23, y a Massano-Innellea, el 25. La fiesta Bresh, un clásico, está programada para el 17. No muy lejos, en la carpa de La Caseta anuncian a Full Moon y Latitude para el 15 y 16 de enero.
Algunas bandas tocan en GAP: La Kermesse de Los Decoradores, Una obra redonda, un homenaje a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, y Guasones; en el Polideportivo, Don Osvaldo y Ke Personajes; y en el espacio cultural Brew House se celebró este viernes el festival Mar de Cumbia. Las marcas se suman a la movida, que es gestada por el sector privado, así, de la mano de Aperol Spritz, Zoe Gotusso se presenta este sábado en Luna Roja, gratis.
“El Estado apoya, no compite”, sintetiza Bernardo Martín, el titular del área de Turismo de Mar del Plata, gestor de la estrategia que atrajo a los jóvenes, la que define como “pura potencia” para la ciudad.
La movida joven comenzó a gestarse hace cinco años. En enero de 2020 ocurrió el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, hasta esos días dueña de una noche sin controles que terminó de la peor manera, y ya nada fue igual. Pinamar también había reformulado su nocturnidad.
Mientras en esas localidades se cerraba la noche, «nosotros trabajamos en generala -explica el presidente del Emturyc-, aquí se la potenció». Es un segmento, el de 18 a 35 años, que no se mide en el consumo; los caros VIP’s se venden y se agotan con mucha anticipación. Una entrada puede costar $ 20.000; un VIP para 10 personas, promedio, 800 dólares.
“Mar del Plata construyó una estrategia y salió a la conquista del público joven en conjunto con los privados, la oferta es privada, nada del Estado. No depende de la macroeconomía, no nos preocupan Brasil o el Caribe, armamos un producto distinto y sumado a la nocturnidad cuidada, ya está dando resultados”, explicó a este diario Martín, que espera revivir este 2025 el fenómeno de miles de personas vibrando al unísono, en una coreografía que termine de consolidar a Mar del Plata como la capital del turismo joven.
AS