En una economía que hace apenas un año luchaba por sobrevivir a la hiperinflación, el déficit crónico y la recesión inducida por décadas de estatismo, los resultados de la gestión de Javier Milei en materia económica siguen destacando con números contundentes.
Un reciente informe de Econométrica proyecta que la economía argentina creció un 7,6% interanual en el segundo trimestre de 2025, consolidando así una recuperación que ya nadie se atreve a discutir.
A esta señal de reactivación sostenida se le suma el anticipo del proyecto de Presupuesto 2026, que el Poder Ejecutivo elevó al Congreso Nacional. En él, se estima que el Producto Bruto Interno (PBI) crecerá un 5,2% en todo 2025, acompañado por un dólar prácticamente estable y una inflación interanual por debajo del 23%.
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Estabilidad cambiaria: dólar planchado a $1.229
Una de las señales más claras del éxito del programa económico libertario es la estabilidad del tipo de cambio oficial. El Presupuesto 2026 prevé que el dólar oficial cerrará el año en $1.229, un valor casi idéntico al actual, lo que sugiere que no se esperan devaluaciones bruscas para lo que resta del año.
Más aún, el Gobierno anticipa una apreciación del tipo de cambio real, con una caída del 8,6% interanual en términos bilaterales, un fenómeno que refleja tanto la desaceleración inflacionaria como el retorno de la confianza en el peso.
Inflación en retroceso
Otro de los datos clave que confirman el rumbo económico es la desaceleración de la inflación. Según las estimaciones oficiales, el Ejecutivo prevé que la inflación interanual a diciembre de 2025 será del 22,7%, una fuerte baja respecto al acumulado de los primeros cinco meses del año, que totalizó 13,3%.
Para cumplir esta meta, el ritmo mensual de inflación entre junio y diciembre debería promediar apenas un 1,9%, cifra que parece alcanzable si se mantiene la tendencia de los últimos meses. Este dato valida, una vez más, la decisión del Gobierno de priorizar el equilibrio macroeconómico por sobre el populismo cortoplacista.
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La proyección oficial señala un crecimiento del PBI del 5,2% en 2025, con una sólida performance sectorial. La industria crecería un 5,3%, el comercio un 7,6% y el agro un 2,1%. Los bienes aumentarían su producción en un 5,1%, mientras que los servicios lo harían en 4,6%.
Estos números reflejan el impacto positivo de la apertura comercial, la liberalización de precios relativos y la eliminación de trabas burocráticas que durante años asfixiaron al aparato productivo.
El consumo privado, uno de los motores fundamentales del crecimiento, aumentaría un 7,2% en el año. El consumo público, pese al ajuste, también subiría un5%, lo que refleja una mejor administración de recursos sin resentir la actividad.
Pero el dato más impactante lo aporta la inversión: la inversión privada se dispararía un 22,7%, cifra récord que evidencia la creciente confianza del sector empresarial en el modelo económico que impulsa el presidente Milei.
En cuanto al sector externo, las exportaciones crecerían un 3,7% y las importaciones un 25,2%, lo que sugiere una fuerte recomposición del aparato productivo, aún a costa de un menor superávit comercial, que se estima en USD 4.913 millones para el cierre del año.